Aula Política – Hasta cuando la improvisación por encima de todo

Por Julio Requena

Ciertamente, no hay un plan. La oposición después de su derrota no ha podido planear lo necesario para poder asegurar un futuro mejor o un triunfo que lo levante ante la mirada de los ciudadanos, al grado de que la aprobación presidencial está creciendo por encima de los 80 puntos porcentuales. Es en parte el descredito del que no  alcanza a salir, sí, pero sin un plan será mucho más difícil.

Hoy, reina la improvisación, la actuación reactiva a lo que está pasando y curiosamente, todo lo que está pasando le es favorable al gobierno federal, al tabasqueño, a MORENA. La toma de decisiones ha sido adaptativa, adecuarse a lo que está pasando sin poner un solo elemento que  a la larga ayude a la recomposición de las fuerzas opositoras que tomen el papel de contrapeso.

Del otro lado, las cosas no son diferentes. Los morenistas trepados en la ola de la popularidad presidencial están disfrutando de las mieles de la victoria sin hacer lo más mínimo por asegurar una continuidad sustentable en sus acciones. Saben que si el presidente sube, ellos suben, si el presidente se cae, ellos se caen.

El trabajo en las comunidades, en los municipios, en los estados de la República, está supeditado a lo que Andrés Manuel López Obrador haga en sus ya casi tres meses de gobierno, donde ha quedado claro que si traía una estrategia política-electoral de posicionamiento que es potencializar el clientelismo de los programas sociales sin coaccionar el voto, ni la filiación, ni la preferencia anterior que traían los beneficiarios.

AMLO ha duplicado los montos de los beneficios sociales a sectores vulnerables y la pregunta inmediata es: ¿el anterior gobierno no puedo haberlo hecho?; AMLO ha duplicado el número de afiliados a los padrones de beneficiarios, y nuevamente la cuestión es: ¿el anterior gobierno no puedo haberlo hecho?.

AMLO no ha ligado estos beneficios a una filiación forzada hacia su partido y sin embargo, goza de la popularidad entre la ciudadanía, por lo que no solo espera que en el 2021 su votación sea de 30 millones de sufragios, sino que tiene sembrada la expectativa de obtener 45 millones de votos a favor de la fuerza política que el señale como propia.

La improvisación de la oposición combinada con la improvisación del gobierno federal, nos hace transitar por una improvisación permanente donde se toma una decisión y dependiendo lo que resulte se adecua o se quita, permanece o se cambia, pero con el suficiente animo de respaldar todo lo que a López Obrador se le ocurra o tenga en mente, lo que no han podido entender el PRI, el PAN, PRD, Verde, y otras fuerzas es ¿cómo encajan en todo este escenario?, ¿Qué tienen que hacer para poder seguir existiendo, para servir al pueblo, para obtener la simpatía del electorado y sobre todo, para ser proyectos con viabilidad para los próximos años?.

PARA LA AGENDA… El gobierno de Alfredo del Mazo no cuenta con medición alguna de su imagen, ni mucho menos del avance que pudo haber tenido en lo que va de su sexenio, sin mencionar que con la llegada de Andrés Manuel López Obrador a la presidencia de la República, dicha imagen ha decaído por ligarse su figura a un partido perdedor como es el PRI. Es curioso que mes con mes, el gobierno del Estado de México destine millones de pesos a mejorar su imagen y dicha imagen no mejore.

Aún más es de notar que, pese a este fenómeno a la baja en su imagen del mandatario, cada día se hable de invertir menos en su comunicación, como si fuera la gran estrategia para que su trabajo en el Estado de México, no le haga sombra al tabasqueño, incluso ha trascendido que muchos de los movimientos del gobierno mexiquense se tienen que consultar en Palacio Nacional antes de tomar acción.

Recuerdo que en los sexenios panistas, los gobernadores de las entidades tomaron fuerza en sus regiones y la CONAGO llegó a dar un discurso de independencia, contrapeso y democracia que sustentó la idea de un trabajo diferente para contrastar lo que se estaba haciendo en el gobierno federal y en los estados. De ahí el cambio en 2012. Pero parece ser que al priísmo con la derrota se le borró la historia y ha de estar esperando que llegue el permiso por escrito de López Obrador.