Bajo La Rosa

Por Jorge A. Rosas /  jorge.rosas.cuenca@gmail.com / Twitter: @Jorge_RosasC

En la antigua Roma, cuando había una reunión y en la puerta de la entrada se colgaba una rosa, los temas tratados eran confidenciales. (sub rosae)

  • Este martes el PRI del Estado de México tendrá nueva presidencia.
  • ¿Texcoco o Santa Lucía, el Waterloo o el Austerlitz de Andrés Manuel?

Esta martes, el PRI del Estado de México elegirá a través de la votación de los integrantes de su Consejo Político Estatal a quienes habrán de ocupar la presidencia y la secretaria general sustitutas para concluir el periodo estatutario 2015- 2019, pero sobre todo que tendrán en sus manos el enorme reto de sacar del ostracismo al partido acostumbrado a ser primera fuerza en la entidad hasta el mes de junio pasado.

El sábado pasado, el Comité Ejecutivo Nacional emitió la Convocatoria respectiva luego de que Ernesto Nemer, quien cubría también una dirigencia sustituta, presentó su renuncia el pasado 19 de octubre después de ser nombrado secretario técnico del Consejo Político Nacional.

En dicha Convocatoria se establece que este martes, a partir de las doce del día y hasta la una de la tarde se llevará a cabo la la jornada de registro de las fórmulas a aspirantes, y ese mismo día, pero a las 20:00 hrs, el Consejo Político Estatal llevará a cabo su sesión extraordinaria electiva para elegir, a través del voto de sus integrantes, a quienes dirigirán al partido durante el próximo año para concluir un periodo estatutario en el que habrán pasado al menos cuatro dirigentes.

Sin duda, los resultados del pasado 4 de junio, en donde el PRI no sólo perdió la votación a la presidencia de la República, sino además la primera fuerza en la Cámara de Diputados Local y en la mayoría de las presidencias municipales, incluso en municipios que nunca en su historia habían experimentado la transición política, obligan a quien llegue a iniciar cuanto antes la llamada “operación cicatriz.”

El reto no será fácil, tendrá que salir a las calles con un partido que por primera vez no tendrá la cantidad de recursos que solía tener de financiamiento público y con una estructura de trabajadores adelgazada a más de la mitad en los últimos meses.

Quien llegue tendrá un año para levantar a una estructura que había sido el pilar nacional del priismo, recuperar el capital humano que ha salido y sobre todo, tender puentes de acercamiento con los otros partidos políticos que habían sido aliados tradicionales del tricolor y que hoy parecen sumados a Morena.

Por lo pronto este martes, todo parece indicar, sólo habrá el registro de una sola planilla.

 

Tip: “El riesgo viene de no saber lo que estás haciendo.” Warren Buffett.

Esta misma semana los mexicanos que así lo decidan podrán participar en la “Consulta Popular” organizada por Andrés Manuel López Obrador para votar en favor de los proyectos de Santa Lucía o de Texcoco.

Será la “voz popular” quien determine un proyecto millonario que podría convertirse en el primer Waterloo que enfrente Andrés Manuel López Obrador en su sexenio, aun cuando ni siquiera ha tomado protesta como presidente Constitucional o convertirse en una genialidad como lo fue Austerlitz para el emperador francés Napoléon.

Éste ejercicio sin duda es un riesgo alto que el presidente electo decidió correr, buscando por un lado la aprobación popular, pero también pasando por alto las leyes que el jurará respetar en unos cuantos días más.

No olvidemos que hoy los mexicanos tenemos en el artículo 35 Constitucional nuestros derechos, en virtud de los cuales podemos participar en la vida pública del país, además de una Ley Federal de Consulta Popular que fue resultado de una lucha impulsada por la misma “izquierda” que hoy la desdeña y que en su artículo 5 dice que sólo los temas de “trascendencia nacional” podrán ser votados por una consulta, cuyo carácter de “trascendencia” deberá ser validado previamente por la Cámara de Diputados y Senadores.

La de este fin de semana la convoca un ciudadano, financiada por un partido político, sin una metodología representativa y que suena más a una ocurrencia, pero no creo que este intento de legitimar una decisión basada en la opinión popular sea un “mero capricho” de Andrés Manuel, aun cuando lejos de haber apostado a tener una transición de poderes tersa para apaciguar la vorágine de división social post elección, parece abonar a confrontar nuevamente a sus seguidores con la otra parte de la población que no votó por él con un ejercicio como este.

Ya veremos si este riesgo calculado al final le resulta en buenos dividendos al nuevo gobierno, o representa el primer gran tropiezo que tenga que enfrentar los próximos seis años, al final, gané la opción que gané de la consulta, esta partirá desde la premisa que se realizó como un ejercicio sin bases legales, pero con la disculpa del apoyo popular por delante.