Bajo la Rosa

En la antigua Roma, cuando había una reunión y en la puerta de la entrada se colgaba una rosa, los temas tratados eran confidenciales. (sub rosae)

Por Jorge A. Rosas / jorge.rosas.cuenca@gmail.com

  • Firmes y dignos, una frase que se volverá muy común.
  • El tsunami electoral de Morena no ha pasado, más bien como en toda tragedia sus efectos serán a largo plazo.

Iniciar o retomar un camino nunca es fácil, menos aún cuando en el viaje no se va solo; por ello, años después, reencontrarme en el camino de la pluma no me ha resultado tan sencillo como esperaba, pero, sin duda, tengo la certeza que será un placer hacerlo con el favor de su lectura.

Hace no mucho tiempo, en uno de esos raros días de tranquilidad laboral, disfrutaba una de esas películas épicas en las que en cierto momento, aquel general romano con un puñado de soldados veía venir la carga de una caballería mucho más numerosa que su pequeña fuerza.

Disimulando su temor, vuelve la vista a sus soldados y les pide formar en cuadro a la espera de esa carga con la frase de “firmes y dignos”. Desde entonces, aquellas palabras son parte recurrente de mi vocabulario cuando enfrento una situación complicada, pero sé que, en breve, también habrán de ser muy socorridas por muchos políticos que después de la elección del primero de julio se han quedado con un puñado de esperanzas.

Prueba de ello serán las próximas legislaturas a nivel federal y local, donde el PRI, partido que antaño solía tener una bancada robusta, ahora tendrá que remar contra corriente para poder ayudar en lo que queda de la administración de Enrique Peña Nieto, y de afrontar los próximos tres años del gobierno estatal de Alfredo Del Mazo.

De entrada, los diputados federales del PRI, que el pasado viernes eligieron a René Juárez Cisneros como su coordinador del grupo parlamentario, pasarán de 204 legisladores, a 45 diputados aproximadamente, en un Congreso en el que Morena y sus aliados representan la mayoría absoluta.

Andrés Manuel López Obrador, hoy presidente electo, tendrá muy pocos contrapesos legislativos, algo que ni en los mejores tiempos del PRI se veía tan marcado; sin embargo, y pese al furor de algunos de sus seguidores, aún existen muchos controles que tendrá que pasar para reformar la actual Constitución. Cualquier propuesta para reformarla tiene que ser votada por las dos terceras partes de la legislatura federal y luego aprobada por la totalidad de los congresos estatales.

Por lo pronto, el tsunami electoral de Morena, como toda tragedia natural, tendrá sus mayores alcances una vez que las aguas retomen su cauce, y la primer sacudida de la derrota electoral del tricolor, luego de las pasadas elecciones, se verá en la cantidad de desempleados que habrá, no sólo en administraciones municipales a partir del mes de diciembre, sino incluso la que se vive ya en la sede del Comité Directivo Estatal, que hoy espera el inminente relevo de su dirigencia.

No olvidemos que el financiamiento público, al igual que el tiempo en radio y televisión, que reciben los partidos políticos anualmente, depende del número de votos que hayan conseguido en las elecciones. 

Hoy, el PRI, si bien tiene el gobierno estatal en sus manos, será un partido de oposición a nivel legislativo (lo que no ocurría desde el año 2000) y por primera vez tendrá sólo la representación de regidores en la mayoría de los municipios.

A esto se suma el anuncio que ya hizo el presidente electo Andrés Manuel de crear la figura de “delegados estatales” en todo el país, que serán los encargados de supervisar y aterrizar los programas y recursos de la Federación. Con esa decisión presidencial, que también obligará al cierre de oficinas de diversas Secretarías en los estados, los nuevos “delegados” serán una especie de virreyes en las entidades, ellos serán quienes decidan y vigilen el destino de miles de millones de pesos de la Federación, quitando parte del control a los gobernadores.

Aquí, en el Estado de México, Delfina Gómez se perfila para asumir esa posición que, sin duda, tiene la mira puesta en un futuro no muy lejano.

Ante este panorama, no es de extrañar que a partir de los primeros sondeos de salida de la elección del pasado primero de julio, el priismo haya preferido guardar silencio, hacer un recuento de daños, ver las fuerzas que siguen de pie, mirar a las que vienen enfrente y esperar lo que viene en los próximos meses con un claro “firmes y dignos.”

 

Tip:

“Para reconocer la bondad de una ley, lo primero que tendríamos que hacer es conocerla”

Hace unos días, Morena, a través de una de sus diputadas presentó una iniciativa de ley para reducir a la mitad el financiamiento público de los partidos políticos, la pregunta es ¿por qué hasta ahora?, ¿será porque dicho instituto político recibirá de prerrogativas mil 400 millones de pesos el próximo año y el dinero, digamos, ya no será problema?