Desaparecen bibliotecas públicas en Chimalhuacán bajo gobierno de Xóchitl Flores

CHIMALHUACÁN, Méx., 26 de junio de 2025.- En medio de un creciente abandono institucional, vecinos y empleados municipales denunciaron que la actual administración de Chimalhuacán, encabezada por Xóchitl Flores Jiménez, ha dejado morir a las bibliotecas públicas del municipio. De las nueve que existían, únicamente cinco permanecen abiertas, pero operan con graves deficiencias y en condiciones deplorables.

De acuerdo con testimonios recabados, las bibliotecas abiertas carecen de energía eléctrica, alumbrado, vigilancia, mantenimiento y personal suficiente para atender a los usuarios. Las instalaciones muestran un deterioro alarmante, y no hay presupuesto asignado para su mejora o modernización.

“La gente no lee y tener los espacios abiertos genera gastos innecesarios. Además, los libros son obsoletos y no hay presupuesto”, declaró un empleado de la Dirección de Bibliotecas que pidió el anonimato. Esta visión institucional, según vecinos y docentes, refleja el poco interés del gobierno local por el acceso a la cultura y la educación.

Datos de la Dirección General de Bibliotecas del Estado de México indican que hay 675 bibliotecas en toda la entidad para una población de más de 16 millones de personas. Municipios como Naucalpan, Toluca, Tlalnepantla y Texcoco mantienen entre 20 y 32 bibliotecas activas. En contraste, Chimalhuacán —con cerca de 800 mil habitantes— tiene apenas cinco bibliotecas abiertas, y todas en estado crítico.

Durante un recorrido por los nueve inmuebles que alguna vez funcionaron como bibliotecas, se constató que varios han sido cerrados sin previo aviso. Uno de los casos más simbólicos es el de la biblioteca ubicada en la calle Ciruelos del Barrio Transportistas, donde ahora opera un comedor comunitario y un dormitorio para policías municipales. “Entre cartones y camas de libros se relajan los policías del turno nocturno”, denunció Jorge Torres, vecino de la zona.

Las bibliotecas que aún funcionan son: la ubicada en la Casa de Cultura de la Cabecera Municipal, “Amoxtlatiloyan” en el Barrio Saraperos, “Camatintin” en el Barrio Herreros, la de Villa Xochitenco y “Amoxcalli” en San Lorenzo. Sin embargo, en todos los casos el servicio es limitado y con escasos recursos.

Los espacios que han desaparecido oficialmente son los de los barrios Hojalateros, Vidrieros, Santa María Nativitas y San Agustín Atlapulco. En varios de ellos, los edificios se utilizan actualmente como bodegas de archivo muerto o almacenamiento de materiales de limpieza, según confirmó personal interno del ayuntamiento.

“Antes se hacían círculos de lectura, talleres, cuentacuentos, y se prestaban libros a domicilio. Ahora todo eso desapareció”, lamentó Jonathan Rodríguez, maestro de educación media superior.

Los vecinos y promotores culturales coincidieron en que este desmantelamiento responde a una política de austeridad mal entendida, que golpea directamente a la formación educativa y cultural de las nuevas generaciones.

“Chimalhuacán necesita bibliotecas, no bodegas ni dormitorios. Necesitamos espacios para crecer en conocimiento, no para acumular olvido”, concluyó Rodríguez.