Discriminación y falta de información sufren personas con discapacidad auditiva

  • Oyentes deben colaborar para construir una sociedad incluyente

Toluca, México.- La falta de conocimiento de sus derechos humanos y de acceso a la información para tener un desarrollo pleno en el ámbito personal, profesional y laboral; la discriminación y no tener igualdad de oportunidades, son las principales afectaciones a sus prerrogativas que enfrentan las personas sordas.

En el marco del “Día Nacional de las personas sordas”, el ombudsperson Jorge Olvera García señaló que la Comisión de Derechos Humanos del Estado de México (Codhem) se suma a las acciones de sensibilización ante las dificultades que enfrentan las personas con problemas auditivos, al promover una cultura de respeto que los incluya en todos los aspectos de la vida social.

Al respecto, el presidente de la asociación civil “Un mismo pulso”, Alan Guillermo Díaz Franco, mencionó la importancia de que los oyentes aprendan también la lengua de señas mexicana para no aislarlos, y exhortó a la sociedad en general a transformar en acciones cotidianas la ayuda que brinda, para normalizar la inclusión de personas con discapacidad auditiva y construir una mejor sociedad.

Explicó que es difícil que la sociedad pueda atender las necesidades y respetar los derechos de personas con discapacidad auditiva, porque no existe un modelo educativo en el que tanto sordos como oyentes aprendan el lenguaje de señas para comunicarse.

Indicó que debe existir apertura de conciencia, de conocimiento y pensamiento por parte de autoridades y servidores públicos para reconocer las diferencias que no se dan de manera física pero sí conductual o psicológica, a fin de garantizar que al acudir a una escuela, al realizar un trámite o simplemente al ir al doctor o ver la televisión, serán atendidos en lengua de señas, ya que les ayudará a tener información de primera mano y no se les discriminará.

Detalló que el servidor público que brinda atención o un servicio debe preguntarse cuál es la diferencia entre una persona con deficiencia auditiva y una oyente y cómo puede hacer más accesible la información y ofrecer la atención, servicio o producto de manera diferente e incluyente, al utilizar la lengua de señas u otros medios más efectivos como la escritura o dibujos.

Dijo que a pesar de que la lengua madre de ese sector de la población es la de señas mexicana, ésta fue reconocida hasta 2005 a través del Diario Oficial de la Federación como nacional, y por lo general no ha sido adoptada en las escuelas regulares, donde el proceso de enseñanza-aprendizaje es con base en la oralidad, lo que afecta su derecho a la educación, porque no escuchan.

Díaz Franco comentó que la igualdad de oportunidades es prácticamente inexistente para quienes tienen discapacidad auditiva porque mientras una persona oyente puede recibir atención en instancias públicas o participar en cuestiones sociales, para ellos es limitada o a veces les niegan los servicios porque los servidores públicos no saben cómo interpretar sus movimientos de manos o labios ni transmitirles la información.

El especialista puso de ejemplo que aunque tienen derecho a un intérprete, no todas las instituciones cuentan con especialistas, desconocen dónde contactarlos y además, son pocos en el país, lo cual impacta de manera negativa para su integración e inclusión en la sociedad.