Evoca Tertulia Toluqueña obra y legado del poeta Roberto Fernández

  • Representa tunAstral un salto del Porfiriato a la mitad del siglo XX

Toluca, Estado de México.- Anécdotas, proyectos, vivencias y un compromiso indeleble con la poesía y la promoción de la cultura, fueron ejes sobre los que en el marco de la Tertulia Toluqueña se recordó el legado, la obra y trayectoria de Roberto Fernández Iglesias, en voz de sus cómplices, amigos, lectores, confidentes y discípulos ex cátedra, reunidos en la Capilla Exenta.

Margarita Monroy Herrera, Luis Antonio García Reyes, José Luis Herrera Arciniega y el anfitrión de la velada, Gerardo Novo Valencia, evocaron el arribo del poeta panameño a nuestra capital, su obstinada determinación literaria, su amor por la lectura y su inagotable voluntad de trascender fronteras, que cristalizaron en mayo de 1964 con la fundación de tunAstral.

El homenaje que la comunidad de escritores y promotores culturales dedicó al “Gordo Iglesias”, como cariñosa y respetuosamente era conocido, derivó en un encuentro de amigos, encubridores y soñadores que con trabajo, imaginación y una voluntad a toda prueba construyeron día a día, como antaño los hermanos canteros medievales, su catedral y refugio desde donde proyectaron las artes, la literatura y la poesía, todo bajo el esquema del café literario.

En tanto Margarita Monroy recordó la reticencia de Roberto Fernández por la parafernalia ligada a los homenajes, las celebraciones y los reconocimientos, su fuerte y difícil carácter, así como sus locuras inspiradas en el hábito de escribir, el cronista Gerardo Novo recreó el contexto de la Toluca de la segunda mitad del siglo XX.

En su oportunidad, Luis Antonio García, el último sobreviviente del grupo impulsor de este movimiento, vanguardista en su momento, lamentó que en nuestra capital no exista un verdadero ambiente intelectual, que favorezca el desarrollo de las diversas manifestaciones artísticas; sin embargo, José Luis Herrera, escritor y periodista, optó por resaltar el alcance de tunAstral durante los últimos 55 años, a cuyo alrededor un grupo de soñadores e inconformes con las formas favoreció la modernidad cultural en Toluca, un salto del Porfiriato a la mitad del siglo pasado.