MASSIVE CALLER ATACA DE NUEVO


Por Julio Requena

Massive Caller ha vuelto a hacer de las suyas y, con la elegancia de un cuchillo de carnicero, ha desmembrado —encuésticamente hablando, claro— a los gobiernos morenistas del oriente del Estado de México. ¿Sorpresa? Ninguna. ¿Tendencioso? Bastante. ¿Cómico? Sin duda.

La casa encuestadora favorita del PAN —y de algunos medios que aún creen que vivimos en 2012— nos ha regalado otro de sus mágicos rankings, donde los municipios gobernados por Morena aparecen como auténticas zonas de desastre, mientras los bastiones panistas brillan con luz celestial. ¡Milagro estadístico, patrocinado por los colores azul y blanco!

Según esta encuesta (hecha, suponemos, con una bola de cristal calibrada en Huixquilucan), Azucena Cisneros en Ecatepec apenas supera el 17% de aprobación, seguida de cerca por otros morenistas como Felipe Arvizu de Ixtapaluca, Alan Velasco de Valle de Chalco y Xóchitl Flores de Chimalhuacán. ¿Coincidencia? Claro, la misma coincidencia con la que siempre ganan los mismos en sus rankings.

Pero lo más encantador no es la caída libre de los morenistas, sino el edén que han construido para los panistas: Huixquilucan aparece como el paraíso perdido con más de 65% de aprobación, Metepec es la joya del Valle de Toluca, y Atizapán… bueno, Atizapán no necesita presentación: ahí, hasta el WiFi es más rápido que el promedio estatal, según nos harían creer.

¿Y las cifras? ¡Ah, las cifras! Qué bellas son cuando se usan como pincel para pintar paisajes ideológicos. Que si Ecatepec está reprobado en confianza ciudadana (8.9%), que si Valle de Chalco flota en la percepción de inseguridad (65.7%). Todo tan preciso, tan conveniente, tan… sincronizado con los tiempos políticos.

Por supuesto, nadie niega que en Ecatepec, Chimalhuacán, Ixtapaluca o Valle de Chalco hay problemas serios: falta de agua, inseguridad, basura sin recoger y gobiernos locales que se han dormido en los laureles. Pero convertir estos datos en una ópera trágica mientras se le compone una oda a Huixquilucan, roza en la caricatura propagandística.

Massive Caller ya ha sido severamente cuestionada por su metodología telefónica, por su falta de transparencia y por su oportuno sesgo hacia la derecha. Pero como los buenos villanos de telenovela, siempre regresa con nuevos datos y la misma narrativa: “Morena mal, PAN bien”. Nada nuevo bajo el sol mexiquense.

Lo irónico es que, mientras estos municipios panistas son elevados al Olimpo por las encuestas, muchos ciudadanos en redes sociales y medios locales denuncian problemas cotidianos que, oh sorpresa, no aparecen en las gráficas. Pero claro, si la percepción no se alinea con la encuesta, el problema debe ser la percepción… del pueblo.

¿Y qué hay de los especialistas que “coinciden” en que estos resultados marcan tendencia? Habría que preguntarles en qué banco o instituciones financieras opinan, porque cada vez parece más rentable opinar que gobernar.

En fin, Massive Caller ha vuelto. Viene afilando encuestas, inflando egos y repartiendo bendiciones a quien le cae bien. Qué sería del análisis político sin estos momentos de tragicomedia demoscópica.

Porque ya lo decía el clásico: “Dame una encuesta y moveré el mundo”. O al menos, la narrativa.