¿QUIÉN DIRIGE A LA OPOSICIÓN AL INTERIOR DE LA UAEMEX?

El proceso de elección de la futura rectora de la Universidad Autónoma del Estado de México (UAEMéx) ha entrado en una fase de reconfiguración interna que, para muchos, tiene ecos de la política tradicional mexiquense. Ayer, las cuatro aspirantes opositoras a la candidatura oficialista emitieron un comunicado conjunto en el que cuestionaron el desarrollo del proceso electoral. Sin embargo, lo llamativo no es la crítica en sí, sino la alineación repentina de las contendientes, quienes, al inscribirse, aceptaron las reglas del juego sin objeciones.

La pregunta que surge de inmediato es: ¿quién está realmente dirigiendo a la oposición dentro de la universidad?

El liderazgo en disputa

Para los seguidores de Patricia Zarza, no hay duda de que ella ha sido la estratega detrás de la consolidación de la oposición. Se le atribuye la labor de haber convencido a las demás aspirantes para emitir un mensaje de unidad y capitalizar la salida de Laura Benhumea, quien dejó la contienda dejando en el aire la duda sobre su verdadero respaldo interno. Zarza, según esta versión, ha tomado la batuta y construido una narrativa de resistencia con miras a fortalecer su candidatura.

En la otra esquina, quienes apoyan a María José Bernaldez ven en ella a la verdadera líder del bloque opositor. Argumentan que es la única con la capacidad de encabezar una defensa jurídica seria del proceso, pues ni de lejos las otras aspirantes tienen el conocimiento o la capacidad para articular una impugnación efectiva. En este escenario, Bernaldez se habría convertido en la figura central en torno a la cual se agrupan las demás candidatas, obligándolas a secundarla para mantenerse en la discusión pública.

Las aspirantes sin estructura

Las otras dos contendientes, aunque con propuestas sólidas, han tenido que sumar su voz a la de Zarza y Bernaldez para no desaparecer del radar mediático. Su falta de equipo de comunicación y estrategia de difusión las ha dejado en desventaja, empujándolas a integrarse en este frente opositor que, más que una alianza de convicciones, parece un mecanismo de supervivencia política.

El fantasma del viejo PRI

La unión repentina de las aspirantes opositoras ha llevado a algunos analistas a recordar la vieja escuela del priismo mexiquense, en la que los acuerdos de cúpula definían el rumbo de las contiendas. El caso más citado es el del exgobernador Arturo Montiel Rojas, quien en su momento articuló un bloque para frenar las aspiraciones de Roberto Madrazo en la lucha por la dirigencia nacional del PRI. El paralelismo no es gratuito: la idea de que un sector de la UAEMéx busque imponerse mediante una negociación cupular no ha sido bien recibida por la comunidad universitaria.

¿Una candidatura única de la oposición?

En al menos dos o tres espacios de opinión se ha impulsado la idea de que la próxima semana todas las aspirantes opositoras declinen en favor de una sola, configurando un escenario de solo dos contendientes en la recta final. Esto, en teoría, daría mayor fuerza a la candidatura opositora, pero también pondría en evidencia la falta de pluralidad interna y el pragmatismo electoral que parece haber tomado las riendas del proceso.

Ahora la pregunta es: ¿quién se bajará del caballo en aras de consolidar una sola retadora? La respuesta a esta incógnita definirá no solo el futuro de la elección, sino también el papel de la oposición dentro de la universidad en los próximos años.