Bajo La Rosa

Por Jorge A. Rosas.

En la antigua Roma, cuando había una reunión y en la puerta de la entrada se colgaba una rosa, los temas tratados eran confidenciales. (sub rosae)

  • México, 65 años después del voto femenino.
  • El reparto de Comisiones Legislativas.

Hace casi 65 años, un 17 de octubre de 1953, la sociedad mexicana contemplaba en el Diario Oficial de la Federación el decreto por el que se anunciaba la aprobación para que las mujeres pudieran votar y ser votadas para cargos de elección popular.

La lucha en forma, inició el año de 1916, cuando un grupo de mujeres pedía su ingreso “formal” a la vida política a través de la emisión de su sufragio, pero no fue hasta el año de 1923, cuando el estado de Yucatán, se convirtió  en la primera entidad en reconocer ese derecho a nivel municipal y estatal en las elecciones de ese año.

Tuvieron que pasar 14 años para que en 1937, el entonces presidente de la República, Lázaro Cárdenas enviara una iniciativa de reforma al artículo 34 de la Constitución, que permitiría votar a las mujeres pero que nunca fue declarada vigente por la oposición de algunos partidos políticos hasta 10 años más tarde, en el mandato de Miguel Alemán en 1947 se publicó por fin en el Diario Oficial de la Federación (DOF) la reforma al artículo 115 de la Constitución que permitiría  a la mujer ejercer su voto, pero sólo en elecciones municipales.

7 años después, en 1954, con Adolfo Ruiz Cortines como presidente, la mujer obtiene el derecho a votar en todas las elecciones.

Al inicio de su participación en las jornadas electorales, el voto de la mujer se reducía simplemente a casi una participación testimonial, y no se hablaba de su importancia en los resultados de una elección. La mayoría pensaba que el voto de la mujer estaba más influenciado por el esposo o su familia, además de su nivel socioeconómico.

Por la década de los 80´s las mujeres poco a poco se abrían paso en más cargos de elección popular y dejaban de lado su reducida participación en emitir sus sufragios, empezaron a generar políticas y movimientos que exigían su representación en los órganos partidistas, pero sobre todo en espacios de representación popular.

Con el uso de las tecnologías y la creación del Instituto Federal de Electores, que subrayó en “números” la participación de este sector en los comicios, las mujeres vieron una oportunidad inmejorable para obtener mejores respuesta a sus demandas.

Para 1993, la lucha de las mujeres por equidad alcanzó sus primero frutos logrando reformar el Art. 175 del Código Federal de Instituciones y Procedimientos Electorales, para el  año 2008, el COFIPE ya contemplaba en su Artículo 38 como una obligación de los partidos políticos el garantizar la equidad y procurar la paridad de los géneros en sus órganos de dirección y en las candidaturas a cargos de elección popular.

Sin embargo, y a pesar de estos primeros esfuerzos, algunos partidos políticos utilizaron las mismas lagunas legales para colocar a las mujeres como suplentes en las candidaturas cumpliendo así con el porcentaje que se les exigía. Prueba de ello es que en 2013, el promedio nacional de escaños ocupados por mujeres en los 31 congresos estatales y la Asamblea Legislativa del Distrito Federal era de 27 por ciento.

En 2014, una reforma a la Ley electoral impulsada por Enrique Peña Nieto permitió que la paridad del 50 por ciento en candidaturas quedará contemplada en la Constitución, pero sólo a través de un Acuerdo del Consejo General del Instituto Nacional Electoral por el que, en ejercicio de la facultad de atracción, emitió criterios generales a efecto de garantizar el cumplimiento al principio de paridad de género en la postulación de candidaturas para todos los cargos de elección popular a nivel local, tanto de manera vertical como horizontal para las elecciones del 2018, las mujeres por fin compitieron con estas reglas que garantizaron su participación con equidad, al menos, en cuanto al número de candidaturas se refiere.

65 años después de haber conseguido su voto y con sólo siete mujeres que han logrado ser gobernadoras, hoy la Cámara de Diputados estará conformada en 50.8% por hombres y 49.2% de mujeres, mientras que el Senado de la República estará compuesto en 51% de mujeres y 49% de hombres. Las mujeres ocuparán 244 de las 500 curules en San Lázaro y 63 de los 128 escaños en la Cámara Alta.

Una lucha que 6 décadas después de haber sido iniciada, hoy está arrojando sus primeros pasos, aunque por supuesto, aún falta mucho por hacer por un sector que es quien define las elecciones.

Tip:

El reparto de comisiones y Comités Legislativos en la Cámara de Diputados a nivel federal y local no arrojó mayores sorpresas en cuanto al número que corresponderá presidir a cada partido, pero sin duda sí dejó la primer gran victoria para el hoy mayoritario Movimiento de Regeneración Nacional.

A nivel federal, luego de la reducción de 56 a 45 Comisiones, Morena presidirá 22; mientras que el PRI pasará de presidir 23 a encabezar sólo 4; el PAN tendrá 7; mientras que PES; MC y PT tendrán tres, mientras que el PRD y el PVEM sólo una cada uno.

En el Estado de México, de las 35 presidencias de Comisiones Morena tendrá 15, el PAN encabezará 5, el PRI y el PT tendrán 4 cada uno, mientras que PES quedó con 3 y el PRD y el PVEM solamente tendrán una, respectivamente.