Conmovedora presentación de la obra “Tierra Baja” de Ángel Guimerá

  • La puesta en escena de la obra estuvo a cargo de la Compañía de Teatro de la escuela Preparatoria N. 164, Ignacio Manuel Altamirano de Chimalhuacán, Estado de México

Texcoco, México.- La compañía de teatro de la escuela preparatoria Ignacio Manuel Altamirano del municipio de Chimalhuacán, presentó, el segundo día de actividades del XXII Encuentro Nacional de Teatro, la obra “Tierra baja” del dramaturgo y poeta español Ángel Guimerá, quien es considerado como uno de los máximos exponentes del renacimiento de la literatura catalana.

La emotiva participación de esta compañía de teatro formada por jóvenes estudiantes, quienes combinan eficientemente su actividades escolares con los proyectos y ensayos que requiere su pertenencia a dicha agrupación artística, estuvo caracterizada, desde el inicio, por la atracción que ejerció en el público al grado tal, que los rostros de los asistentes reflejaban la angustia, el coraje reprimido, por ejemplo, cuando a Martha, la protagonista principal de esta historia, es vejada verbal y físicamente por  el Sebastián, el propietario de la hacienda.

Aunque la obra se escribió en 1896 en España, las características de los personajes que el autor hace participar en la historia, son idénticas a los que intervienen en la adaptación de esta agrupación teatral estudiantil: propietario posesivo, violento, explotador, y dentro de las que corresponden a los trabajadores; sumisos en su mayoría, conformes con su destino y, en algunos casos, se prestan, por temor a represalias, a ser cómplices del amo.

La adaptación de la Compañía teatral de la preparatoria Ignacio Manuel Altamirano, refleja la lastimosa realidad que existe todavía en diferentes zonas rurales de nuestro país; la existencia de un cacique que, aprovechándose de su condición de propietario, puede disponer de todas las cosas a su voluntad, aún la vida o la integridad de sus peones.

La participación de Manelic, otro de los personajes centrales de la obra, despertó en el público la esperanza de justicia, que se generaliza paulatinamente en las personas buenas, cuando son testigos de las injusticias a las que son sometidos los trabajadores y sus familias. Una de las muestras de la identificación del público con los personajes interpretados por los jóvenes estudiantes, fueron las sonoras exclamaciones de inconformidad con los acontecimientos y con el expresivo aplauso y las muestras de afecto cuando el elenco terminó su participación.

Esta puesta en escena ganó el primer lugar en categoría amateur, además: primer lugar en dirección, actriz principal y mejor actor secundario.