Bajo la Rosa

En la antigua Roma, cuando había una reunión y en la puerta de la entrada se colgaba una rosa, los temas tratados eran confidenciales. (sub rosae)

Por Jorge A. Rosas /  jorge.rosas.cuenca@gmail.com

  • Este martes, a través de votación de sus Consejeros Políticos, el PRI elegirá a su dirigente a nivel nacional.
  • Gobernar jamás será cuestión de popularidad, si no de asumir la responsabilidad que conlleva un cargo.

El pasado viernes, a través de su Comisión Nacional de Procesos Internos, el PRI emitió la Convocatoria para la renovación del titular de su presidencia para concluir el periodo estatutario 2015 – 2019.

Hace casi 3 años, un 20 de agosto del 2015, los priistas elegían a Manlio Fabio Beltrones como su dirigente, y a la mexiquense Carolina Monroy como su Secretaria General para un periodo de 4 años, sin embargo, el 20 de junio de 2016, luego de las elecciones de ese año en el que el PRI perdió 7 de las 12 gubernaturas que se renovaron el político sonorense presentó su renuncia.

El 21 de junio de junio de 2016, Carolina Monroy asumió por prelación el cargo de presidenta del partido hasta el día 12 de julio de ese mismo año, ya que un día después, el 13 de julio, Enrique Ochoa Reza tomó protesta estatutaria para asumir la dirigencia sustituta del partido, cargo en el que duró hasta el  2 de mayo del 2018 cuando presentó su dimisión a sólo dos meses de la jornada electoral del 2 de julio de la elección presidencial de este año.

Su lugar fue ocupado por René Juárez Cisneros, -próximo coordinador de los diputados federales del PRI-, quien enfrentó los últimos días de la elección federal de este año, y fue quien tuvo que reconocer la tercera derrota presidencial del PRI ante los medios de comunicación y 14 días después de la jornada electoral presentar su renuncia al cargo.

Por prelación, Claudia Ruiz Massieu se convirtió en la actual presidenta del partido, y es quien se perfila con mayor fuerza para ser la que concluya el periodo estatutario.

Por lo pronto, la Convocatoria para la renovación del presidente del PRI contempla que quienes aspiren a dicho tendrán solamente media hora para presentar su registro, -acudirán este lunes a la sede nacional a partir de las 19:30 hrs. y hasta las 20:00 hrs.-, y entregar los requisitos que exigen entre otras cosas, ser un cuadro (que hayan tenido un cargo de elección popular o un encargo a nivel dirigencia), una militancia de al menos 10 años, presentar un plan de Trabajo y contar con el apoyo de un porcentaje de los sectores, los organismos, la estructura territorial, los afiliados, así como de consejeras y consejeros políticos nacionales.

El martes a las 19:00hrs, en el auditorio Plutarco Elías Calles del PRI, los Consejeros Políticos Nacionales, a través de votación directa (en caso, claro está, que no se presente solo una planilla con registro) podrán elegir a quien será su nuevo dirigente por los próximos 12 meses.

Tip:

“Gobernar jamás será cuestión de popularidad, si no de asumir la responsabilidad que conlleva un cargo.”

Hace unos días, el presidente electo Andrés Manuel López Obrador anunció que será hasta Octubre, -a través de una Consulta Pública- cuando se defina la construcción o no del nuevo aeropuerto de la Ciudad de México, una vez que los mexicanos conozcamos los beneficios y costos de la actual obra que se realiza en Texcoco o la posibilidad de construir dos pistas de aterrizaje en la base militar de Santa Lucía y votemos por el proyecto que más nos guste.

Hoy en México tenemos una Ley Federal de Consulta Popular que en su artículo 5 dice que sólo los temas de “trascendencia nacional” podrán ser votados por una consulta, cuyo carácter de “trascendencia” deberá ser validado previamente por la Cámara de Diputados y Senadores.

Andrés Manuel a pesar de ser el presidente electo no puede convocar a dicha consulta en el mes de Octubre como lo planea, ya que la Ley dice que sólo podrá hacerlo el presidente Constitucional, el 33% de los senadores o diputados o al menos el 125 del total de los electores, en caso, claro está, que hubiera querido hacer dicha Consulta Pública a través de lo que marca la actual Ley, ya que ha advertido que no lo hará a través del Instituto Nacional Electoral.

Lo preocupante más allá de quien organice este ejercicio, es que no se trata aquí de poner por encima los costos económicos, sociales, ecológicos e incluso políticos de llevar a cabo o no una obra, no, se trata de ganar popularidad aún a costa de perder todo lo anterior.

Hay decisiones de gobierno, que van más allá de consultar o no a todos los mexicanos sobre si nos gusta o no una acción del “Poder Ejecutivo”, por eso casi más de 30 millones de mexicanos votaron por una opción política, que tiene que asumir la responsabilidad y los costos o aplausos de dirigir una nación.

El poder compartido en este tipo de decisiones, al menos a mí no me interesa, no soy experto en aviación, ingeniería, uso de suelo, ecologista o mucho menos empresario o inversionista para calificar y determinar  la viabilidad de una obra que conlleva en mucho el futuro próximo de la aviación civil y comercial de nuestro país.

Para eso millones de mexicanos votamos por un presidente, por eso, gobernar no puede convertirse en una acción de popularidad, si no de ejercer y asumir la responsabilidad de un cargo, sobre todo en temas, que como éste, requieren de estudios y decisiones que van más allá de un simple me gusta o no la posibilidad de una obra que ha demostrado la urgencia de su construcción.