Ser escaramuza es ser México: Laura Denisse Valdéz López

  • La estudiante de la Facultad de Economía de la UAEMéx explicó que durante su formación como universitaria ha influido el ser escaramuza porque le ha forjado el carácter que le permitió comprender que siempre hay una solución para todo, ya que tanto en la charrería como en la vida universitaria, si te caes te vuelves a levantar o si te va mal en un resultado es porque siempre se puede hacer más para obtener la calificación que deseas.  

Atlacomulco, Méx.- La escaramuza es alegría, es un ballet con un caballo, representa lo que somos como mexicanos, mencionó Laura Denisse Valdéz López, estudiante de la Licenciatura en Negocios Internacionales Bilingüe de la Facultad de Economía de la Universidad Autónoma del Estado de México (UAEMéx) quien formó parte de un equipo representativo en el municipio de Atlacomulco.  

La escaramuza charra es conocida por ser un ballet a caballo conformado por ocho niñas o mujeres que ejecutan una rutina de ocho ejercicios compuestos por giros, cruces y la cala de caballo. Este deporte nacional, que no existe en otro país, forma parte de la identidad mexicana. En Atlacomulco el equipo representativo de este ballet era La Guadalupana 2000, que durante más de diez años representó al municipio a nivel nacional en campeonatos de charrería en distintos estados de la República y fue un emblema del  

municipio. Denisse Valdéz, quien representó al municipio a nivel nacional, ser escaramuza es identidad nacional que le permitió llevar dentro de ella a México durante cada presentación. Desde los nueve años comenzó a montar en un equipo infantil donde se enamoró del deporte, ya que para ella, su participación significó pasión y amor por el arte de la charrería.  

Su incursión en la charrería comenzó cuando su hermana mayor, Daffne Gessabel Valdéz López, a los 12 años, la invitó a formar parte de una escaramuza infantil, cuando ella decide continuar dentro del equipo y se volvió parte de su dinámica familiar.  

En este mismo sentido, abundó que cuando inició a practicar este deporte no fue por una decisión personal, a pesar de que era parte de su dinámica familiar, le daba miedo subirse a un caballo; sin embargo, sus padres la motivaron.  

“Tanto como una decisión mía, yo creo que no fue, pero yo estaba en el ámbito desde los cuatro años. Mi hermana comenzó a montar. No es que a mí no me gustará sino que me daba miedo, ya que lidiar con una persona es mucho más fácil que con un caballo, porque el caballo no te dice qué quiere, qué no quiere. Me llevaron con niñas pequeñas y fue un gusto que adquirí y ahora me cuesta imaginarme sin él”, agregó.  

Las competencias de escaramuzas están compuestas por las estatales, que como su nombre lo índica, contienden las escaramuzas de los estados de República que cuenten con equipos; posteriormente, son las regionales, en donde compiten los equipos de mayor puntaje en los estatales. De igual forma, se encuentra la nacional, en donde participan aquellos equipos que ganaron la etapa estatal.  

Finalmente, se encuentra el certamen de independencia, que es una segunda oportunidad para tres equipos, para aquellas escaramuzas que no lograron obtener el puntaje requerido para ir a un nacional y entre todas estas competencias se encuentran las ferias de escaramuzas, en donde los equipos son retroalimentados para ver qué se puede mejorar para asistir a los certámenes oficiales.  

Durante su etapa universitaria, que va desde la preparatoria -como alumna del Plantel “Isidro Fabela Alfaro”- hasta la licenciatura, compaginó sus prácticas de escaramuza con sus estudios, en donde se forjó una disciplina para encontrar un balance entre ambas actividades, ya que siempre se ha caracterizado por ser responsable con la escuela, pero por otro lado, muy apasionada con el deporte.  

“Es un compromiso muy grande. Yo era consciente de que no podía descuidar ambas cosas. Entonces, mientras iba a la práctica o de regreso hacía la tarea. A veces uno dice, sacrifico no ir a una fiesta porque tengo que estudiar, pero a veces mis sacrificios consistían en no ir a la fiesta por ir a montar y estudiar. Cuando te gusta hacer las cosas y amas no te cuesta trabajo organizar tiempos para cumplir con ambas partes”, enfatizó.  

En este mismo sentido, explicó que durante su formación como universitaria ha influido el ser escaramuza porque le ha forjado carácter, lo que le permitió comprender que siempre hay una solución para todo, ya que tanto en la charrería como en la vida universitaria, si te caes te vuelves a levantar o si te va mal en un resultado es porque siempre se puede hacer más para obtener la calificación que deseas.  

Finalmente, mencionó para todas aquellas universitarias o niñas que se quieren dedicar a este deporte que todo es posible, solamente es cuestión de organización, de ser consciente que si se va a tomar un compromiso como lo es la escaramuza siempre se puede compaginar con los estudios.  

Para Laura Denisse la satisfacción más grande que obtienen quienes se dedican a este deporte es el sacrificio y el esfuerzo que realizaron durante todo el año en la preparación para las competencias y demostraciones, ya que realmente los premios que se obtienen son para el equipo y los utilitarios que se llegan a necesitar.